Parábola acerca de la Venezuela de
ayer, de hoy y del mañana
Ose
12:10 Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los profetas usé parábolas.
Última
edición Septiembre 2018
Introducción
El
Eterno es un Dios (Elohím en hebreo) que le agrada un pueblo sabio y que tenga
entendimiento de su voluntad, y para dar a conocer su Palabra en muchas
ocasiones utiliza las parábolas, instrumento pedagógico utilizado
frecuentemente por Jesucristo (Yeshúa hamashíaj en hebreo) Luc 15:3 y por los
profetas Ose 12:10. El propósito de esta parábola es dar entendimiento al
pueblo del Elohím, acerca de lo que ha venido aconteciendo en Venezuela en el
ámbito espiritual y su relación con los hechos ocurridos en lo político,
económico y social, así como un adelanto o una revelación profética de lo que
ha de venir para esta nación, porque no hará nada el Elohím del Cielo sin que
antes se lo revele a sus siervos los profetas Amó 3:7.
Parábola de la visita de un Gran Rey a
una de las ciudades de su reino
El Rey, su Libro y sus valores
Un
Rey muy Sabio, Rico y Poderoso; y que tiene dominio sobre todo gobernante y
sobre todos los pueblos que están sobre la tierra, por mucho tiempo a través de
sus siervos y mensajeros (profetas) ha procurado hacerles entender la
importancia de estar sujetos a su autoridad y el hacer su voluntad, pues él ha
prometido bendecir con sabiduría, salud, riqueza, paz y gozo a los habitantes
de aquella ciudad cuyos moradores le sirvan, le honren y no provoquen su ira Deu
32:16, Jue 2:12, Isa 1:4-7. Los moradores de las ciudades no tienen excusas
para servir al Rey conforme a su voluntad, pues la mayoría de ellos tienen el
Libro que el Rey por espacio de muchos años ordenó escribir a sus siervos
(Santa Biblia), en el cual están escritas todas las Leyes y las promesas o
bendiciones del Rey para aquellas ciudades que procuren hacer su voluntad y
obedecer sus Leyes Deu 28:1-2.
El Enemigo del Rey
El
Rey tiene un enemigo (Satán) que en el pasado era parte de su majestuosa corte,
pero este enalteciéndose se rebeló a su autoridad y voluntad Eze 28:14-16,
llevándose consigo una tercera parte de los siervos del Rey, pues estos también
se rebelaron junto a él Apo 12:3-4. El enemigo constituyó un reino paralelo
pero de un poder muy inferior, que tiene como súbditos a todos los moradores de
las ciudades que no desean hacer la voluntad del Rey Eze 28:17, Jua 12:31. El
enemigo suma a su reino a todos aquellos que logra confundir 1Cr 21:1, Jua 13:2,
haciendo que estos sirvan a otros dioses en vez de servir al Rey Mat 4:8-10, o haciendo
también que menosprecien las Leyes del Rey Amó 2:4. Los pueblos ignoran que
cada vez que alguien sirve a otro dios que no sea el Rey, realmente está
sirviendo al enemigo del Rey o a uno de aquellos que se rebelaron con él Jua
8:44. Aquel que pretendiendo servir al Rey, lo hace a su manera y no conforme a
las palabras escritas en su Libro, también estará sirviendo al enemigo, pues el
Rey no acepta que se le sirva de una manera distinta a la que él ha establecido
en su libro Mar 7:5-9, 1Pe 1:14-16.
Los maestros y los mensajeros del Rey
El
Rey para dar a conocer todas las palabras de su Libro a los moradores de las
ciudades, constituyó maestros (pastores) para que las enseñasen en reuniones
semanales 2Cr 17:9, Mar 1:21 y en fiestas anuales Lev 23:2, teniendo que ser
compartidas a grandes y pequeños, a ricos y pobres, a sabios e ignorantes, a
gobernantes y gobernados, a fin de que todos las entendiesen y las pusieran por
obra Neh 8:7-8. El Rey para evitar que las palabras de su Libro fueran mal
interpretadas como ha venido ocurriendo desde siempre Jer 8:8, envió mensajeros
(profetas) a los que previamente les dio a conocer el verdadero sentido y la
correcta interpretación de sus palabras Neh 8:7-8, 1Co 4:1, Gál 1:12. Pero los
maestros no quisieron escuchar a los mensajeros que el Rey enviaba, por lo que
cada uno interpretaba el Libro a su manera y se escribieron muchos libros con
opiniones e interpretaciones distintas acerca del Libro del Rey Jer 8:8-9 (religiones
y sectas). Esto motivó a que se crearan varias reuniones en cada ciudad, en vez
de realizarse una sola reunión donde todos estuviesen juntos y bajo una sola
enseñanza. Finalmente todos los que fueron enseñados terminaron sirviendo al
Rey de una manera distinta a la que el Rey había indicado a sus mensajeros Mar
7:6-7. El Rey al ver esta situación enviaba sus mensajeros a los maestros y al
pueblo, para hacerles ver el error en el que estaban cada uno de ellos porque
todos estaban errados, pero la mayoría de ellos se enaltecieron y creyeron ser
más sabios que el Rey Jer 8:9, por lo que no quisieron escuchar los mensajeros,
ni las palabras que el Rey enviaba a decir a través de ellos 2Cr 24:18-20, Jer
25:4-7. Esta situación hizo que el enemigo del Rey se infiltrara en todas las
reuniones (congregaciones) y confundiera
también a aquellos que procuraban servir al Rey de corazón (los escogidos) Apo
2:20, Mat 24:24.
El Carácter de las ciudades gobernadas
por el enemigo del Rey
Toda
ciudad que es influenciada y gobernada por el enemigo del Rey, se reconoce
porque en ellas ocurren hechos que el Rey prohíbe y aborrece, tales como:
homicidios, suicidios, secuestros, pleitos, maldiciones, brujerías, magia,
culto o adoración a piedras y a palos que tienen figuras humanas o de dioses, niños que nacen sin padres porque estos los
abandonan. En esas ciudades hay pobres, huérfanos o viudas que no son ayudados
por su comunidad, también hijos que no honran a sus padres sino que les
desobedecen, hay esposas que no se sujetan a sus esposos o que le son infieles,
esposos que no aman a sus esposas, que le son infieles o las abandonan, padres
que no corrigen o no disciplinan a sus hijos, mujeres que se casan con mujeres
como si fueran hombres, hombres que se casan con hombres como si fueran
mujeres, parejas de jóvenes que acuerdan hacer cosas que solo se le permite a
los casados, hombres que buscan gozo temporal en drogas y alcohol, mujeres que
son calumniadoras y chismosas, hombres que son mentirosos, hombres que no
perdonan, mujeres que se adornan y visten como prostitutas y exhiben su cuerpo
a los hombres incitándolos a la infidelidad resultando algunas de ellas violadas.
Hay hombres que roban a su prójimo, que maltratan a los animales. También hay hombres
que contaminan la tierra, las aguas y los alimentos, haciendo mezclas
prohibidas por el Rey. Hay hombres perezosos que no trabajan, mercaderes
usureros que venden usando balanza falsa, jueces que no libran al inocente y
castigan al culpable, sino que absuelven al que más les ofrece soborno, hay
ancianos que se avergüenzan de sus canas (algunos se las pintan), que dan mal
ejemplo a los jóvenes y padres que dan mal ejemplo a sus hijos, hay patronos
que no pagan salarios justos y a tiempo, gobernantes corruptos que le mienten y
le roban al pueblo sus propiedades, y les hace creer al pueblo que son ellos
quienes les sustenta como si fueran dioses. En esas ciudades no se guardan y
celebran las fiestas que el Rey estableció para sus ciudades Lev 23, entre
muchas otras cosas. Todas estas conductas están explícita o implícitamente
prohibidas en el Libro de las palabras del Rey, pues al Rey le agrada la justicia,
el juicio, la misericordia y la equidad Sal 89:14.
Valores con los cuales gobierna el Rey
Los valores que el Rey procura enseñar a
través de su Libro están cimentados en: el amor (es el principal de los
valores), la bondad, la benignidad, la misericordia, la paciencia, la
fidelidad, la mansedumbre, el perdón, el respeto, la humildad, el dominio propio, la obediencia, la valentía,
el esfuerzo, la castidad entre otros Gál 5:22-24, trayendo estas cosas como
resultado el gozo y la paz en abundancia para aquellos pueblos que practican
estos valores Isa 32:17. El Rey acostumbra honrar a todos aquellos que procuran
hacer que estos valores formen parte de su vida diaria y que con su ejemplo
enseñen a los demás a practicarlos, porque el Rey honra a los que le honran 1Sa
2:30. Es imposible que un hombre ignorante del Libro del Rey le agrade, por esa
razón el Rey ama y prospera a todo aquel que ama su Libro, medita en él y hace
conforme a sus palabras Jos 1:8, Sal 119:97-100.
Una ciudad en momentos de angustia
clama al Rey, quien la visita, le da un jefe, le pone condiciones y la prospera
Hace
unos años este majestuoso Rey propuso en su corazón visitar a una de sus
ciudades (Venezuela). El deseo de su visita se motivó a que sus moradores angustiados
habían estado clamando para que les ayudara a salir de la grave crisis en la
cual la habían sumido hombres injustos y sin conocimiento Sal 74:12 que la
habían estado gobernando por casi cuatro décadas Éxo 3:7. Algunos hombres
valientes intentando resolver la crisis por sus propios medios, se rebelaron
contra los gobernantes, pero en su intento asesinaron a muchos inocentes,
fracasando dos veces en su propósito (dos golpes de Estado del 92).
A
petición de los moradores de la ciudad que le habían estado clamando, el Rey propuso
un nuevo jefe al que dio sabiduría para que fuera él quien solucionara todos
sus problemas Ecl 7:19, 1Re 4:29. Como en aquel lugar acostumbraban elegir a sus
jefes por elección popular, el Rey inclinó el corazón de la mayoría del pueblo
para que eligieran por jefe, a aquel que él había escogido (Hugo Chavez). Habiendo
tomado su lugar el nuevo jefe, el Rey dio muchas riquezas a aquella ciudad Deu
8:17-20, las que el jefe tenía que administrar adecuadamente, tomando en cuenta
los elevados principios de justicia que caracterizaban al Rey 2Sa 8:15. Para
que el Rey afirmara el gobierno del nuevo jefe, este tendría que distribuir las
riquezas de manera equitativa, dando a cada uno conforme a su necesidad,
procurando dar solución a todos los problemas que aquejaban a los moradores de
la ciudad, entre los cuales habían: pobres, enfermos, viudas, huérfanos y sobre
todo mucha gente ignorante que desconocían al Rey y los valores de su reino 1Re
9:4-5.
En
aquella ciudad había tres tipos de habitantes: unos pocos que conocían cómo era
el Rey de exigente y por eso le servían con temor y reverencia (el remanente o
los escogidos). En mayor cantidad había otros que simpatizaban con el Rey, pero
que no se preocupaban por entender cómo agradarle y servirle (los llamados), y
los demás que eran la mayoría, aborrecían o menospreciaban al Rey (impíos). En
vista de esta situación, el Rey para atender sus peticiones y librarlos de la
angustia, estableció como condición que todos los moradores de la ciudad sin
excepción (incluyendo al nuevo jefe), tenían que servir solo al Rey con temor y
entendimiento Deu 13:4, instruyéndoles que no podían servir a otros dioses,
pues a partir de aquel momento Él sería su Dios, Señor y Proveedor, por lo que
dejó a algunos mensajeros para que les explicara de qué manera tenían que
hacerlo Deu 18:17-19. No había excusa para enterarse de la voluntad del Rey,
pues casi todas las familias de aquella ciudad tenían el Libro (Santa Biblia)
donde están registradas todas las Palabras del Rey y su voluntad para toda
ciudad 2Ti 3:16-17, pues ya habían ocurrido hechos similares en otras ciudades
en el pasado y estos hechos estaban registrados en este Libro Ecl 1:9-10.
Pasadas
todas estas cosas, el Rey se fue a su morada, no sin antes bendecirlos con grandes
riquezas, pues hizo los arreglos necesarios, para que aumentara el precio de un
mineral negro que se daba abundantemente en aquella tierra que el Rey le había
asignado a los moradores de la ciudad (el petróleo). Esto fue sorprendente,
pues con la venta del mineral negro que el jefe y sus servidores hacían
diariamente a otras ciudades (Estados Unidos y otras regiones), comenzaron a
adquirir muchos bienes y servicios que sirvieron para dar solución a buena
parte de los problemas que tenían los moradores de aquella ciudad 1Cr 29:11-13.
Los moradores de la ciudad se rebelan
al jefe y todos se rebelan al Rey
Los
mensajeros del Rey, a través de distintos medios se esforzaron para hacer
llegar el mensaje que les fue dado, explicando a través del Libro de qué manera
había ordenado el Rey que le sirvieran, para que así él pudiera mantener la
bendición que había prometido darles y que ya venían disfrutando por varios
años Deu 28:1-2. El Rey para facilitar la enseñanza de su mensaje al pueblo,
dio a los mensajeros muchos cánticos a través de los cuales se daba a conocer su
voluntad, pues acostumbra hacer esto cada vez que visita algún lugar Deu 31:19-22.
Pero los habitantes de aquella ciudad no quisieron prestar atención a las
palabras de los mensajeros, ni a los cánticos; no entendiendo que aquellas
palabras provenían del mismo Rey Isa 30:9-10. Los que simpatizaban con el Rey
no quisieron aprender como agradarle, ni seguir su cultura y los que le
aborrecían siguieron con la misma actitud, pues cada uno interpretaba el Libro
de las Palabras del Rey a su manera, interpretación que aquellos que
simpatizaban con el Rey llamaban “doctrina”; y que llamaban “religión” aquellos
que aborrecían al Rey Jer 8:8. Esta actitud necia y arrogante del pueblo, los
llevó a menospreciar las explicaciones dadas por los mensajeros del Rey Isa 1:2-7,
quienes traían un mensaje fidedigno y una revelación fiel y clara acerca de las
palabras contenidas en el Libro. Mientras esto ocurría con la mayoría de los
pobladores de la ciudad, un pequeño grupo iba entendiendo cada vez más cómo
agradar al Rey, con quienes mantenía una constante comunicación a través de sus
mensajeros que siguió enviando con cierta frecuencia, para seguir revelando
todas las palabras escritas en su Libro, la cultura y las leyes de su reino,
para que conocieran y entendieran su voluntad perfecta para esa ciudad Luc
10:21-24.
También
ocurrió que muchos de los habitantes de aquella ciudad se rebelaron contra el
jefe que el Rey les había puesto para que los gobernara (golpe de Estado 2002),
pues este basándose en otros libros, comenzó a realizar muchos cambios, con los
cuales los habitantes no estaban de acuerdo, y que tampoco el Rey le había
ordenado hacer. Uno de los cambios realizados por el jefe fue la implementación
de un conjunto de leyes con las cuales procuraba regir todos los asuntos de la
ciudad, pero el jefe en ningún momento consultó al Rey a través de sus
mensajeros, tampoco consultó el Libro de las palabras del Rey, donde están
documentadas las Leyes fundamentales que debe poseer toda ciudad, para que su
justicia sea conforme a la justicia del Rey y de su reino Isa 10:1-3, Isa 33:22.
Los
que se opusieron a los cambios que venía realizando el jefe, levantaron una
gran protesta que fue escuchada por los moradores de otras ciudades, a quienes
solicitaron que intervinieran, pero estos no hicieron caso a su llamado. Además
los rebeldes cerraron las puertas de la ciudad para que no entraran ni salieran
los mercaderes del preciado mineral negro, afectando de esta manera la economía
y trayendo como consecuencia grandes pérdidas. Aquella protesta trajo gran
confusión al pueblo e hizo que fuera quitado el jefe de su cargo, y los rebeldes intentaron
tomar su lugar. Sin embargo, el Rey se enteró de aquella rebelión y tres días
después volvió a restaurar al jefe en su posición de mando, pues aún no había
llegado el tiempo de que fuera quitado del lugar de gobierno donde había sido
puesto por el Rey Sal 75:2.
El jefe no obedece las condiciones del
Rey y provoca su ira
Después
de ocurrir estas cosas, el jefe de la ciudad se fue haciendo más fuerte y su
fama e influencia se extendió hacia otras ciudades, a causa de la sabiduría y riqueza
que le había dado el Rey. Pero este cometió el error de utilizar las riquezas
para robar el corazón del pueblo, haciéndoles creer que las riquezas provenían
de él y no del Rey Eze 29:3. Cuando daba al pueblo alimentos que había comprado
con las riquezas que le había dado el Rey, el jefe les hacía creer que todo
esto provenía de él. Cuando le daba una casa a alguno del pueblo porque la
estaba necesitando, también se tomaba para sí todos los méritos, no dando al
Rey la Gloria que él se merecía por haberle puesto en aquel cargo y por haberle
dado sabiduría y riquezas para que prosperara en toda su obra. El jefe le hizo
creer al pueblo que era él quien estaba solucionando todos sus problemas, razón
por la cual el pueblo fue llevado a gran confusión y nunca pudo entender como
servir al Rey, desatendiendo las demandas que el Rey exigió para que su
bendición permaneciera por muchos años más sobre la ciudad y sus habitantes Dan
9:8-14.
El
jefe llevó también a los moradores de la ciudad a rendir culto a los dioses de
otras ciudades con las cuales hizo alianza (Cuba) Deu 6:14-15. Trajo a la
ciudad miles de sacerdotes de esos dioses para que enseñara a los habitantes de
la ciudad cómo adorarlos. También realizó innumerables pactos con ellos con la
finalidad de permanecer por más tiempo en su cargo de jefe y extender su
influencia a otras ciudades del
Rey. Aún él mismo se hizo como un
dios para aquel pueblo, y este ordenó a levantar monumentos a su nombre 2Sa
18:18. Además el jefe se hizo enemigo de la ciudad donde el Rey habita y tiene
su trono (Israel), llegando a maldecir a todos sus moradores. Razón por la
cual, la ira del Rey se encendió en gran manera contra el jefe y le envió
mensajeros para anunciarle que pronto lo quitaría de aquel lugar donde lo había
puesto, alegando las siguientes razones: por haber usado las riquezas que el
Rey le había dado para engañar al pueblo, haciéndole creer que provenían de él.
También por haber servido a otros dioses en vez de servir al Rey 2Cr 25:14-15,
dando mal ejemplo al pueblo para que su corazón se inclinara a esos dioses,
desobedeciendo así el mandato que le había dado el Rey, de enseñar al pueblo
para que le sirviera con temor y entendimiento. Finalmente, el Rey también
quitaría al jefe de su cargo por haber declarado maldición contra la ciudad
donde el Rey tiene su trono y habitación.
Los moradores de la ciudad nuevamente
son llevados a gran angustia
El
jefe de la ciudad habiendo prosperado en todas las cosas, su corazón fue
enaltecido y quiso solucionar los problemas de los moradores de la ciudad, sin
tomar en cuenta las condiciones que había establecido el Rey, entre ellas, el
aplicar sus elevados principios de justicia en todos los asuntos del gobierno.
El jefe ofreció cargos importantes a algunos de los que servían al Rey con
entendimiento, y también a muchos de los que simpatizaban con el Rey, haciendo
que todos ellos se olvidaran del Rey y no cumplieran la condición que les había
establecido cuando los libró de su angustia hacía algunos años atrás, pues
todos ellos se esmeraron por servir al jefe todos los días y abandonaron al Rey.
También el jefe por su altivez e ignorando la justicia del Rey, comenzó a
arremeter en contra de una parte del pueblo que no estaba de acuerdo con sus
obras. A algunos les quitó sus casas, a otros les quitó las tierras con las
cuales producían muchos alimentos, a otros les quitó el ganado con el que
producían abundante carne y leche, a otros les quitó las empresas con las
cuales producían bienes y servicios para la ciudad. Todos estos hechos hicieron
que se redujera de manera importante la cantidad de bienes y servicios que se
producían en el interior de la ciudad, teniendo que comprarlos a otras ciudades
para poder cubrir las necesidades internas Eze 45:9, Miq 2:1-3.
El
jefe persiguió a muchos porque no estaban de acuerdo con sus obras, de ellos a
unos encarceló y otros huyeron a otras ciudades, temiendo ser encarcelados. No
conforme con esto, el jefe también desterró de la ciudad a algunos mensajeros
que el Rey había enviado desde otras ciudades para enseñar la justicia de su
reino a los moradores de la ciudad que habitaban en lugares remotos Mat 23:34.
La
actitud del jefe hizo que buena parte del pueblo perdiera la confianza que
tenía en él, por lo que le fue quitando el apoyo que le venía dando desde que
fue nombrado jefe. Cuando el jefe solicitaba al pueblo la aprobación de algún
cambio, este lo apoyaba, porque aún se acostumbraba en aquella ciudad que el
pueblo tenía que aprobar con sus votos las decisiones importantes que tomaban
los jefes. Al darse cuenta el jefe que el pueblo le estaba quitando su apoyo,
comenzó a manipular el conteo de votos, por lo que al pueblo se le hizo difícil
quitarlo de su lugar de gobierno a través de los votos. El pueblo nunca
entendió que el Rey era quien lo había puesto como jefe y que sólo el Rey tenía
poder para quitarlo de allí.
El Rey promete visitar nuevamente la
ciudad, establecer allí un nuevo jefe y mudar su morada para aquella ciudad
Motivado
a todas estas cosas, el pueblo otra vez fue llevado a angustia y nuevamente
comenzó a clamar al Rey, a quien no quisieron servir en sus años de abundancia.
El Rey movido por su misericordia prometió que pronto la visitaría nuevamente,
anunciando a través de sus mensajeros que establecería un nuevo jefe que sería
del mismo linaje de su Hijo Heb 5:10, quien tendría un corazón conforme al suyo
1Sa 13:14 y por eso gobernaría obedeciendo todos sus mandatos y respetando
todos los elevados principios de justicia de su reino. Además el Rey también
prometió mudar su morada y su trono a una parte de aquella ciudad Zac 2:10-11 y
que junto a su Hijo reinaría sobre ella, y habitaría entre ellos de la manera
que lo hizo en el pasado en aquella ciudad que el jefe había maldecido (el Rey
dejó temporalmente de habitar en aquel lugar porque su casa fue destruida después
que sus moradores mataron a su Hijo).
El
Rey a través de sus mensajeros le prometió también a los moradores de la
ciudad, que pronto brotaría allí la justicia, la paz y el gozo; que sería una
ciudad de alabanza al Rey Isa 61:11 y que los moradores de todas las demás
ciudades admirados por su obra, irían a la ciudad para observar las maravillas
que el Rey y su Hijo habrían hecho en aquel lugar a través del jefe que Él
pondría en aquel lugar, pues este sería un siervo muy entendido que le temería
en gran manera y por eso no le desobedecería. Este nuevo jefe también enseñaría
al pueblo a obedecer al Rey con entendimiento y a temerle con gran temor y
reverencia porque él les dará ejemplo Eze 37:24-28, Jer 33:14-22.
El
Rey también anunció que los habitantes de la ciudad aún no estaban preparados
para recibirle con su Hijo, porque no quisieron aprender a servirle cuando se
lo había ordenado hacía algunos años atrás. Además porque ellos tienen muchas
costumbres que son distintas a las suyas y hablan una lengua que no es la suya
Isa 19:18, Sof 3:9, por lo que era necesario antes enseñarles, su lengua, su
cultura y sus leyes Deu 11:1, y para lograr este propósito, el Rey ha venido
preparando mensajeros y siervos entendidos, a través de los cuales enseñará
todas las cosas que tendrán que aprender los moradores de la ciudad para que
puedan servir al Rey a la manera como a Él le agrada. Entre estas enseñanzas se
encuentran: Sus Mandamientos: cuyo
propósito es dar a conocer al pueblo los elevados principios de justicia de su
reino para que los practique. Sus Estatutos:
que tienen por finalidad enseñar al pueblo como celebrar todas las fiestas
establecidas por el Rey y a practicar todas las costumbres de su reino, porque
los habitantes de aquella ciudad, ya no podrán celebrar más las fiestas que
estaban acostumbrados a celebrar. El propósito de los estatutos es enseñar la
cultura del Rey y de su reino a todos los moradores de la ciudad Lev 18:1-5. Sus Ordenanzas: cuyo objetivo es
enseñar al pueblo cómo tratar los lugares donde habita el Rey y las cosas que
el pueblo ha consagrado para el Rey Lev 22:9. Por último, Sus Decretos: que tienen por finalidad enseñar la manera cómo el Rey
sancionará o castigará al pueblo a través de los jueces que él nombre, cada vez
que transgreda cualquiera de sus preceptos ya enseñados previamente Éxo 21:1.
Entre sus decretos están: la muerte, el destierro, la confiscación de bienes,
las multas, la encarcelación, la disciplina con enfermedad y otras Esd 7:25-26.
El Rey anuncia que llevará a la ciudad
a tiempos de mayor angustia para que acepten a su Hijo, su Ley y al nuevo jefe,
y también da señales
Habiendo
el Rey prometido todas estas cosas a los habitantes de la ciudad por medio de
sus mensajeros, y sabiendo que los moradores de la ciudad iban a resistirse a
los cambios que Él necesitaba realizar para cumplir todas sus promesas,
desobedeciendo estos nuevamente las órdenes dadas a través de sus siervos y
mensajeros, tal como ocurrió la primera vez, a través de sus mensajeros
anunció, que enviaría cuatro jinetes que recorrerían todas las calles de la
ciudad y a su paso traerían aún más angustia a sus moradores y que este hecho
serviría por señal para sus moradores de que estaba cerca el cumplimiento de
todo lo que el Rey se había propuesto a realizar en aquel lugar. La angustia
que traería estos jinetes enviados por el Rey produciría sus frutos, pues haría
que el pueblo dejara su altivez y se humillara delante de Él, para escuchar
todas sus palabras y obedecer todas sus demandas. El segundo jinete (ya había
enviado el primero) vendría acompañado de un ejército vestido de rojo, que a su
paso traería mayor disensión entre el jefe y sus opositores; también entre los
seguidores del jefe y aquellos que los adversan, por lo que la confrontación
sería mayor Apo 6:3-4. El tercer jinete montado sobre un caballo negro vendría
acompañado de una gran nube de langostas que afectaría fuertemente la
producción y distribución de los alimentos y de los demás rubros comúnmente
usados por los habitantes de la ciudad, causando que estos escaseen y aumenten
mucho su precio (hiperinflación), haciéndose cada vez más inalcanzables para
los más desfavorecidos Apo 6:5-6. El cuarto jinete montado sobre un caballo
amarillo, incitaría a una parte del pueblo a levantarse en guerra contra de la
otra y a causa de esto, también incitaría a los jefes de otras ciudades para
que hicieran guerra contra la ciudad Apo 6:7-8, trayendo como consecuencia gran
destrucción y aún más angustia a sus habitantes Éxo 11:6-7.
El
Rey anunció una segunda señal que confirmará su pronta llegada a la ciudad, con
el propósito de reinar sobre ella junto a su Hijo. Esta otra señal consiste en
una persecución que se desatará en contra de aquellos que sirven al Rey con
temor y entendimiento Mat 5:10-12, y también contra aquellos que simpatizan con
el Rey. Este evento lo permitirá el Rey con el propósito de probar la fidelidad
de aquellos que le sirven de corazón Dan 6:1-24 y para castigar a los que simpatizan con él, por
cuanto estos rehusaron aprender como agradarle y servirle, pues no amaron su
cultura 1Pe 1:14-16. Muchos siervos fieles al Rey serán librados y sus
perseguidores morirán en su intento por hacerles daño, mientras que otros
demostrando fidelidad al Rey morirán, pero finalmente serán salvos. Aquellos
que en medio de la persecución nieguen fidelidad al Rey, morirán y se perderán
eternamente Mat 10:32-33, Apo 6:9-11.
El Rey quita al jefe con una
enfermedad por haber provocado su ira y su hijo toma su lugar, pero al poco
tiempo lo desecha por haber seguido los malos caminos de su padre y promete
poner un jefe tirano
Cuando
llegó el tiempo de que el jefe de la ciudad fuera quitado, el Rey provocó en él
una enfermedad con la cual castiga a todos los que provocan su ira Núm 12:9-10.
El jefe procurando sanarse de aquella enfermedad pactó con sus dioses y les
ofreció muchos sacrificios, pero estos no pudieron contra el Poder del Rey, por
lo que la salud del jefe menguó aún más 2Re 1:2-4. Sabiendo el jefe que ya no
podía seguir gobernando a causa de aquella enfermedad y que se acercaba el día
de su muerte 2Re 20:1, recomendó al pueblo que aceptara a su hijo para que
fuera el próximo jefe de la ciudad, sin consultar antes con el Rey acerca de
quién debería ser el nuevo jefe que debería tomar su lugar. El jefe antes de
despedirse del pueblo, le prometió que les iría bien con su hijo, por lo que buena
parte del pueblo sin consultar previamente la voluntad del Rey, lo aceptó para
que fuera su jefe Ose 8:3-4.
Habiendo
muerto el jefe a causa del castigo al que le había sentenciado el Rey Ose 13:5-16,
su hijo tomó el lugar de él, pero este siguió los mismos caminos de su padre 1Re
15:26; haciendo además que el pueblo sirviera a su padre ya muerto como si este
fuera un dios, por lo que también hizo que se encendiera la ira del Rey en gran
manera Jue 10:6-7. Por esa razón, el Rey en breve tiempo lo desechó para que no
fuera más el jefe de la ciudad, y anunció a través de sus mensajeros que después
que quite del trono al hijo del jefe, pondrá de manera temporal a un jefe
tirano y cruel Isa 19:4 al que entregará su látigo para castigar y cortar a
todos los que se han revelado a su voluntad y han menospreciado las enseñanzas
de su cultura y de sus leyes con las que reinará pronto. A este jefe tirano y
cruel usará el Rey como un instrumento para humillarlos y enseñar a los
moradores de aquella ciudad de cómo se deben someter a un jefe y a sus
autoridades, pues son un pueblo rebelde donde los hijos desobedecen a los
padres Efe 6:1-2, las esposas no se sujetan a sus esposos Efe 5:22, y los
esposos tampoco se someten a sus jefes Efe 6:5-8. Son un pueblo que por votos
quieren poner sus propios jefes Ose 8:4, para que hagan lo que ellos quieren,
un pueblo que no quieren obedecer ni al Rey, ni a los jefes que les pone el Rey
1Pe 2:13-17, Rom 13:1-5. En los días de este jefe tirano, el Rey enviará contra
la ciudad a un jefe de una gran ciudad del norte para que haga guerra contra la ciudad y su jefe. Esto lo
permitirá el Rey para humillar más a aquel pueblo para que acepten sin
reproches su cultura y sus leyes Jer 4:6-8, Jer 50:3-6.
El
Rey a través de sus mensajeros recordó que pronto establecería un nuevo jefe,
un siervo suyo que gobernaría bajo las órdenes de su Hijo y todo aquel que se
resistiera a ser gobernado por aquel jefe y su Hijo sería cortado o desterrado
de la ciudad Sal 2:6-12. El Rey también envió a la ciudad mensajeros para
recordar que los ya anunciados cuatro jinetes, seguirían recorriendo todas sus
calles, pero esta vez acompañado con mucho más ejército, por lo que vendría
mayor angustia para los moradores de la ciudad Apo 12:12-14. En Rey anunció por
sus mensajeros
El Rey escogió en la ciudad un monte
alto para establecer su trono y dar a conocer su Ley
El
Rey escogió temporalmente un Monte alto que está ubicado a un extremo de la
ciudad Isa 40:9, lugar en el cual habita un grupo de siervos del Rey que serán entendidos
en su voluntad y en los propósitos que tiene con aquella ciudad. A esos siervos
entregará el Rey su cultura y las Leyes con las cuales su Hijo pronto gobernará
sobre toda la ciudad Sal 2:7-12 (comenzando por aquel Monte), pues las nuevas
leyes que estableció el jefe no servirían, ya que este nunca consultó el Libro
de las palabras del Rey, ni a sus mensajeros cuando creó aquellas leyes. A
estos siervos comisionará el Rey para que enseñen su cultura y sus Leyes a
todos aquellos que él enviara para visitar aquel Monte, que el Rey pronto
elevará, por lo que será más alto que todo monte de toda ciudad de la tierra; Monte
que está ubicado dentro de la ciudad y a un extremo de ella Isa 2:1-3. Muchos estudiosos
del Libro de las palabras del Rey se sentirán confundidos, porque el Rey en este
tiempo no escogió para reinar y habitar desde el Monte en el cual habitó y
reinó en el pasado Isa 42:9, pero el Rey es Soberano, toda la tierra es suya y
eligió para este tiempo a esta ciudad y aquel Monte que está dentro de ella Isa
65:1, Deu 32:21, así como en el pasado eligió temporalmente otros lugares Éxo
19:11, Jos 18:1.
Mientras
los siervos del Rey se propongan a través de diversos medios dar a conocer la
cultura, las Leyes y preceptos con las cuales el Rey, su Hijo y el siervo que ponga
como jefe su Hijo, reinarán sobre la ciudad desde aquel Monte, muchos moradores
que antes servían al Rey con temor y reverencia, serán confundidos Dan 9:8 y
pocos querrán aceptarla. De los que
simpatizan con el Rey la mayoría menospreciarán su cultura y sus Leyes Ose 8:12,
porque por mucho tiempo ellos han vivido sin conocer bien al Rey, su cultura y su
Ley que está escrita en su Libro 2Cr 15:3. Todos ellos más bien están acostumbrados
a hacer cada uno lo que bien le parece Jue 21:25; condición a lo que en su
confusión e ignorancia llaman “gracia” Jud 1:4.
También
se dará el caso, que una parte de los mensajeros que el Rey ha venido usando
para hacer llegar su mensaje a los habitantes de la ciudad se extraviarán,
porque el enemigo del Rey, quien se hace pasar por los dioses a quienes sirven
las ciudades, procurará callarlos y confundirlos. A algunos de ellos, este
enemigo les hará creer que el Rey no necesita una cultura, una Ley y preceptos
para gobernar sobre la ciudad ¿y entonces como la gobernará? Deu 17:18-20, Isa
42:21. A otros les hará creer que el Rey ha cambiado Mal 3:6, por lo que afirmarán
que el Rey ahora no exige que ninguna ciudad le sirva de la misma manera que el
Rey le exigía a las ciudades en el pasado (exigencias que están escritas en su
Libro). Otros mensajeros anunciarán a nombre del Rey que no sobrevendrá ninguna
angustia sobre la ciudad y que los jinetes anunciados no la recorrerían (aún
cuando estas cosas están escritas en el Libro). Ellos en nombre del Rey dirán
que todo el mal que le está aconteciendo a la ciudad es solo temporal, un hecho
histórico más y con mentirás consolarán a aquel pueblo pues dirán que todo
mejorará, y que el Rey solo traerá más bendición a la ciudad (el Rey realmente
no ha dicho estas cosas). Estos mensajeros confundirán a muchos habitantes de
la ciudad que antes eran entendidos en la voluntad del Rey. También a la
mayoría de sus simpatizantes los confundirán y por eso ninguno de ellos se preparará
adecuadamente para hacer la voluntad del Rey Jer 14:13-17 y como consecuencia
el Rey no los aceptará para que formen parte de su reino, por lo que serán unos
desterrados y otros cortados Eze 5:1-17.
El Rey establecerá su reino en la
ciudad y lo extenderá a las demás ciudades de la tierra en momentos de gran
angustia
Así
como ha venido ocurriendo con esta ciudad, todas las demás ciudades de la
tierra se han estado rebelando por muchos años a la voluntad y autoridad del
Rey, pues los habitantes de ellas han venido nombrando sus propios jefes, sin
consultar al Rey quién debería ser su jefe. Cada ciudad ha creado su propia y
cultura y sus propias leyes sin consultar antes el Libro del Rey, ni a sus
mensajeros para que sus leyes tomaran en cuenta los elevados principios de
justicia del Rey. Ellas también por muchos años han estado sirviendo a otros
dioses en vez de servir al Rey. Sus habitantes
practican costumbres que el Rey no acepta en ninguna de las ciudades de
su reino, pues el Rey tiene ya determinada una cultura para todas las ciudades
de su reino y no acepta otra cultura distinta Lev 18:1-5. Por esta razón, el
Rey ha propuesto en su corazón, llevar a todas las ciudades y a sus moradores a
momentos de gran angustia (los jinetes también recorrerán las demás ciudades),
para así humillarlos y forzarlos a aceptar su cultura, sus Leyes y a hacer su
voluntad Dan 12:1, Mal 4:1-6, Amós
9:8-12.
El
Rey ha comunicado a sus mensajeros que le ha entregado a su Hijo todas las
ciudades de la tierra Sal 2:7-12, para que reine sobre ellas Apo 11:15-18, y
para hacerlo pondrá por jefes de ellas a sus siervos más fieles Núm 12:7, 1Re
15:5, de la manera que lo hizo en el pasado. El Rey primero establecerá la
capital de su reino en aquel Monte alto que está en un extremo de la ciudad en
la cual prometió habitar en este tiempo. El Rey en aquel Monte alto establecerá
su trono temporalmente, pero antes de que esto ocurra, aquel Monte será
separado de la ciudad para ser una ciudad independiente y más pequeña, es
decir, de aquella ciudad surgirán dos ciudades y en la más pequeña el Rey
establecerá su trono. En la pequeña ciudad habitarán los siervos más fieles del
Rey, que amarán su cultura y sus leyes, en ella se celebrarán sus fiestas, y a
sus moradores usará el Rey para enseñar a las demás ciudades de la tierra,
comenzando por la otra parte de la ciudad que quedó después de su separación.
El Rey ensanchará su dominio hacia todas las demás ciudades de la tierra, no
sin que antes sobrevenga gran angustia sobre los moradores de aquella ciudad,
para que los sobrevivientes acepten la voluntad del Rey Isa 54:1-17.
El
Rey estableció una señal para que todos los habitantes de la tierra
comprendieran que estas cosas iban a ocurrir pronto, señal que ya vieron todos ellos
en el cielo, pues hizo que el astro que alumbra de noche sobre todas las
ciudades, se viera rojo por cuatro noches en dos años consecutivos. Evento que no
es común ver en el comportamiento de este astro, sino en aquellos días cuando el Rey ha determinado realizar grandes
proezas en la ciudad que él escogió para habitar o reinar sobre la tierra Joe
2:31-32, Apo 6:12-17.
El Rey explica las razones por las
cuales hará todas estas cosas
Uno
de los mensajeros del Rey, conmovido por todas las promesas y anuncios
realizados por él, con mucho respeto y reverencia se acercó al Rey y le
preguntó: ¿cuál era la razón por la que había decidido en este tiempo visitar de
manera tan especial a esta ciudad y al resto de las ciudades de la tierra? A lo
que el Rey le contestó: “Vengo con mi Hijo a buscar doncellas vírgenes en las
distintas ciudades de la tierra para desposarlas con él. En aquel monte que
escogí para establecer mi trono temporalmente (aquella pequeña ciudad que surgió
de la división de la ciudad), estará mi doncella virgen modelo. Todas las demás
doncellas vírgenes escogidas serán llevadas para aquel monte, con el propósito
de que sean hermoseadas, perfumadas, ungidas y también ataviadas con las
vestiduras que me agradan Zac 14:16-19. Adicionalmente a esas doncellas se les
cambiará su régimen alimenticio Dan 1:8 y se les enseñará mi cultura y todas
las palabras contenidas en mi Libro, para que hagan conforme a ellas. Esas
doncellas aprenderán cómo mantener sus vestiduras blancas y resplandecientes,
para que de esa manera honren a mi Hijo, quien hace mucho tiempo pagó un alto
precio por la dote de ellas 2Co 11:2. Aquella doncella que agrade a mi Hijo
como lo hizo Ester cuando fue presentada delante del rey, esa será llevada,
para que finalmente sean celebradas las bodas del Cordero y sea su esposa por
siempre”. Est 2:2-9, Est 2:12-17, Apo 19:6-9.
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